A palabras necias, oídos sordos

Frente a los pseudo dirigentes, que viven perdiendo el tiempo y retrasando el desarrollo del valle y de la provincial de Islay, el pueblo se pregunta: ¿cómo es posible que no hayan hecho nada por construir defensas ribereñas y que, además, se opongan al esfuerzo y trabajo conjunto que lleva a cabo la mina con los agricultores?, ¿eso es apoyo al agro?, ¿eso es agro sí y el otro no?
Es hora de dejar de lado las mentiras y ponerse a trabajar, porque parece que para lo único que sirven es para coger los 6 millones de soles de las juntas.
Los promotores de conflictos y hechos de violencia otra vez se permiten tomar nuestros nombres y decir que nos representan. ¿A quiénes representan?, ni siquiera al 1% de la población, porque la inmensa mayoría quiere trabajo, progreso, oportunidades para ellos mismos y sus hijos mayores de edad.
Pero estos pseudo dirigentes permanecen ocupados generando protestas y marchas, mientras que lo que se requiere es inversión en gran cantidad y eso lo vamos a lograr con la generación de recursos económicos que genere la mina del desierto. Si Tía María empieza y ojalá lo haga lo más pronto posible, habrá un gran motor para garantizar el desarrollo y la construcción de infraestructura; algo que los dirigentes extremistas no han logrado en los últimos 60 años.
No se dejen sorprender por los demagogos y mentirosos, recuerden que ellos nos dijeron que luchaban por el valle de Tambo y terminaron cobrando sus lentejas. Ellos nos ofrecieron una represa y hace 60 años que no consiguen nada. Dijeron que eran amigos de todos los gobernadores y que iban a construir la represa de Paltuture y nada. Cuando la mina quiso hacer una represa dijeron no. Cuando la mina decidió que sacaría agua de mar y la desalinizaría, también dijeron no.
Que Tía María empiece la construcción lo antes posible y que el Gobierno no les tema a unos cuantos violentistas a los que la Fiscalía debe poner en vereda antes que pretendan ocasionar actos violentos.