Un llamado al odio

El Gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, llegó hoy al distrito de La Joya e hizo una real apología al odio. Tratando de librarse de los reclamos de pobladores del distrito a quienes prometió servicios de agua y desagüe, y hasta ahora no los reciben, el Gobernador señaló que entre pobladores no se puede luchar. “La lucha es contra los gringos” manifestó.
Estas seis palabras connotan odio y también racismo. Comúnmente pensamos que cholo, serrano, costeño, indio o negro son expresiones racistas. Pero en realidad el racismo encierra la creencia y necesidad de mantener a una raza aislada o separada del resto dentro de una comunidad, sin importar si son mestizos, arios o afroperuanos.
¿Los “gringos” son los que inauguraron en junio la planta de agua potable, que beneficiaría a los habitantes de 19 pueblos jóvenes del distrito de La Joya, y que hasta ahora no funciona?, ¿los “gringos” son los que prometieron ir 3 veces al distrito y nunca llegaron?, ¿los “gringos” llegaron en cuestionable estado de ebriedad a La Joya?
Sin importar nuestro color, todos somos de una sola raza, la humana y por lo tanto merecemos respeto. Ese mismo respeto que le exigió a Cáceres Llica un poblador de La Joya, justo antes de que este le increpara y le preguntara “¿quién te paga?”, cuando este señor solo le manifestaba la molestia del pueblo que se ha levantado en su contra.
La lucha racial que nombró Cáceres Llica al llegar a La Joya deja en evidencia su pobre manejo de crisis. El conflicto social que vive la región entera, no es una guerra entre mestizos y blancos, ni entre peruanos y extranjeros, es el resultado de condicionar el diálogo e impedirlo a toda costa, de cerrarle la puerta a la negociación, de buscar intereses personales y olvidarse de lo que realmente necesita ese pueblo que lo llevó al poder del que ahora abusa.